EXPERIENCIA PERSONAL
Tal y como adelante en mi pasado post (PRÓXIMA PARADA: TERNUA SNOW RUNNING 2015) el año pasado, al terminar la Ternua Snow Running de 2014 me dije: “El año que viene repito”. Y vaya que si he repetido, no solo el evento y la compañía (a la que se sumaron personas que la hicieron incluso más especial), sino también las sensaciones, las condiciones climatológicas y el recorrido.
El
Gran Premio Ternua Snow Running, en
las dos ediciones que he participado pretende ser una carrera por nieve de 12,8 km con 930 metros de desnivel positivo
acumulado, con ascensión hasta los
casi 3000 metros de altitud, celebrada durante la tarde-noche del sábado más cercano a la última luna llena de
enero en la Estación de Esquí de Sierra Nevada.
Esta
bonita e ideal imagen que todos tenemos al apuntarnos (subiendo la montaña nevada iluminados solo por la luna y nuestros
frontales) ha sido utópica para mí en las dos ediciones que llevo y en vez
de un “Paraíso Invernal” me he encontrado en “Mordor”: Welcome to the hell.
Como consecuencia de las condiciones climatológicas tan adversas
que se estaban produciendo durante todo el fin de semana, la empresa organizadora
de la carrera (Mamut Sierra Nevada) y la que
explota la estación de esquí y Montaña de Andalucía (Cetursa Sierra Nevada) hicieron
lo imposible por balizar el recorrido alternativo y preservar la seguridad de
los participantes así que, hasta casi los mismos instantes de la salida, estuvieron con las máquinas quitando las posibles placas de hielo y dejando la nieve mas pisada.
El
recorrido fue el alternativo del año
pasado: 11 km y 1100 metros positivos
acumulados, bajo una niebla intensa, menos diez grados bajo cero y vientos de
80 km/h que hacían que la sensación térmica fuera menor:
Estos
esfuerzos por hacer que el recorrido estuviera a punto provocaron un pequeño retraso en la salida. Mientras
observaba como ondeaban fuertemente las banderas de los patrocinadores de la
carrera en Pradollano me imaginaba un huracán
en los puntos más altos del recorrido y que esa era la verdadera razón por
la que no se daba la salida. Hasta en tres ocasiones dieron la cuenta atrás y
no salíamos (esto hizo que me preocupara mucho, estaba aterrada y el corazón se
me salía del pecho). Justo cuando estaba comentando a una corredora que yo me retiraba: “Tres, dos, uno…” salieron todos los de delante y ya no tuve ocasión
de pensar ni hacerme ningún planteamiento más: salí detrás de ellos.
Durante
los dos días previos mis pensamientos oscilaban
entre:
¿Mejorara?
¿Qué me pongo en estas condiciones?
¿Qué me pongo en estas condiciones?
¿Suspenderán la carrera?
¿Me atreveré a salir?
¿La acabare?
¿Me atreveré a salir?
¿La acabare?
Pues
bien, al final salí y la equipación que llevaba fue la que me hizo sentir bien,
ni frio ni calor:
Equipación elegida |
- Pantalón Térmico.
- Calcetines de lana merino por debajo de la rodilla.
- Cubre pantalón cortavientos y repente al agua.
- Camiseta térmica de manga larga.
- Chaqueta térmica de tejido X-Stretch como segunda capa.
- Chaqueta con membrana Gore Tex con capucha.
- Bandana polar para el cuello.
- Guantes de esquiar.
- Gorro térmico.
- Zapatillas de trail con buen drenaje de agua.
- Micro Crampones.
- Frontal y pilas de repuesto.
- Manta térmica.
- Una barrita energética (por si acaso el avituallamiento no me gustaba).
Pues
en esas condiciones y con esa equipación empecé a trotar muerta de miedo. Como
en la edición anterior, decidí que esa no era una carrera para mí, el reto era luchar contra mi mente, superar los pensamientos negativos y
conseguir acabarla: se había convertido en otra aventura.
Traté
de estar en todo el trayecto rodeada de otros
corredores. Me acercaba a otras chicas, charlaba con ellas, animaba a los
primeros corredores que ya habían comenzado la primera bajada y así, poco a poco (y sin pasarlo excesivamente mal), llegue al primer punto de control e inicie la bajada en mitad de una fuerte ventisca. En 1:03:47
terminé la primera vuelta de 6,300
km y 530 metros positivos. Paré en el avituallamiento, comí un par de
golosinas y una barrita y bebí dos vasos de agua.
La
segunda subida de unos 2,5 km y 375
metros positivos, a pesar de ser más corta y con menos desnivel que la
anterior, se me hizo eterna. Pero una vez en el punto de control, en la última bajada de 1,5 km aproximadamente,
sentía que volaba ¡qué buenas
sensaciones! Se habían pasado los miedos y solo quería llegar y haber bajado
el tiempo del año pasado.
Al
final, al cruzar el arco de meta, ese
infierno se convirtió en otra vez en el cielo. ¡Qué felicidad!
Objetivo
conseguido: si el año pasado completé el recorrido en 2:08:33
(aunque hemos de reconocer que las condiciones de la nieve eran peores en 2014)
esta edición lo realicé en 1:52:33.
Los ganadores de la prueba fueron:
Absoluta femenina:
- Elena Cambil Medina
- Maria Yolanda Fernandez
- Mariola Verdejo Muñoz
Absoluta masculino:
- Daniel Garcia Gómez
- Ignacio Morón Gonzalez
- Manuel Jabalera
Como
siempre, la cena posterior a la carrera en el Restaurante El Vertical, contando
y compartiendo como nos había ido a cada uno de los que nos juntamos allí fue
lo mejor de todo.
Al día siguiente, tuvimos la suerte de que el temporal
desapareciera e ir a visitar con un trote de 10 km a la Virgen de las Nieves. Nuevamente
un gran fin de semana de aventura en la montaña.
Visión personal
de la organización y el desarrollo de la prueba
Página
web (http://snowrunning.es/):
Muy completa con los recorridos, perfiles, reglamento, material obligatorio y demás...
La info se completa en las redes sociales en las que la organización tiene
presencia estando permanentemente actualizada y manteniendo conversación fluida
con los seguidores, aclarando dudas, recordando indicaciones…
Parking
gratuito
para la carrera y hasta las 00:30 de la noche.
Bolsa
del Corredor:
Completísima. La verdad es que sorprende con los pocos recursos con los que
suelen contar en las competiciones de carrera por montaña. Se nota la apuesta
que han hecho por esta competición los patrocinadores.
Entrega
de dorsales y Briefing: A pesar de no haber estado justo
en el momento de la entrega y el briefing, estuvimos en la sala y en esta ocasión,
creo que la escogida fue mucho mejor que en la pasada edición. Más luz, más
amplia
Recorrido: A pesar de no haber podido
correr aún el trazado original, que ojala en próximas ediciones sea posible, el
recorrido fue bueno. La única pega
es que al ser a dos vueltas, la segunda se hace un poco pesada. No obstante,
las bajadas hacen que te olvides en seguida de a pesadez de las subidas.
Controles
de paso: 3
controles en el recorrido más el de la meta.
Señalización
del recorrido:
Cada pocos metros había banderitas pinchadas
y esta vez no fueron tapadas por la ventisca. Además se contaban con banderas luminosas que se veían a pesar
de la niebla. En todos los puntos
controvertidos había una persona encargada de decir por dónde era.
Avituallamiento
completísimo:
agua, caldo, isotónico, golosinas, barritas energéticas y plátanos. No nos encontráramos
con mucha aglomeración a pesar de ser más de quinientos corredores.
Animación: Un ambientazo en toda la
carrera: familiares, amigos, personal de la organización, esquiadores, motos de
nieve… En todo momento se veía a personal de la carrera animando y ayudando.
Entrega
de premios:
No estuvimos por lo que no puedo opinar, aunque supongo que sería una gran
fiesta. Solo destacar que sortear los regalos de los patrocinadores en un momento previo a la carrera fue un gran
acierto ya que de esta manera no se alargaría tanto como sucedió el año pasado.
Voluntarios: ¡Qué decir de ellos! Sois los verdaderos protagonistas. No me
cansaré de repetirlo en todas y cada una de las crónicas que haga de las
carreras en las que participe. Solo
gracias a vosotros son posibles estos eventos. Siempre tratando de
ayudar y en estas condiciones… Sólo puedo decir que me siento orgullosa de este
deporte en el que participo en el que se
puede contar con grandes personas que desinteresadamente hacen que esto sea
posible. A pesar de las condiciones meteorológicas ellos se mantienen allí con
una sonrisa y te animan.
Voluntarias. Fotografía de Granada por el Running |
De todas las imágenes que recuerdo de ellos me quedo
con la de estas chicas, tiradas en la nieve, sin guantes y con una sonrisa
de oreja a oreja quitando los chips de las zapatillas de los corredores. De
veras: ¡Gracias, gracias, gracias!
Como
resumen y conclusión, solo
puedo decir que esta carrera y su organización se merece al menos una puntuación
de notable alto y agradecer a todos los
que intervienen en su organización sus
esfuerzos para que salga adelante y hacerla posible a pesar de las
adversidades.
¿Cuántos de
vosotros piensan ahora incluirla como la primera competición del año?
En
mi caso, el año que viene, tal y como prometí
y salvo causas de fuerza mayor, pienso volver y esta vez ya sí que a competir y
tratar de no caminar nada.
Y
ahora, a por el próximo objetivo: Patones
Xtrem el 15 de febrero de 2015 en Madrid
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